Es natural que les pongamos alas al pensamiento, no hacerlo es quedarse enmarañado y atascado en los complicados pantanos del olvido. No podemos adentrarnos en las serias concepciones de este quehacer humano sin antes considerar la influencia que ha ejercido en nuestro bagaje cultural el estilo conceptuoso de la Grecia Antigua, donde nos sorprenden por la perfección que entrañan, la diversidad de contenido y de amplio fondo en lo cual, fundamentalmente se advierten las obligaciones que tenemos con el aporte ofrecido por los distinguidos pensadores, como deuda clara de lo que somos en el actual intuir, hacia esos hombres que inquirieron minuciosamente las incógnitas de la vida, interpretándolas, dándolas a conocer en su debido presente, también como aporte a la posteridad y cuánto debemos a esos seres consultores que buscaron dialogar con el tiempo, sabiéndolo demandar sin reservas infundadas.
Podemos afirmar que antes del aporte griego aparecido en el área histórica, ya otros pueblos habían alcanzado un alto nivel en el acontecer social, de bienestar y por ende de conquistas materiales. No obstante, ninguno de ellos había creado una literatura ni un pensamiento abstracto. Comprendamos pues que todas nuestras inquietudes actuales tienen sus antecedentes en el proceder interpretativo heleno. Los sabios echan vuelo, reforzando los cimientos de su disciplina, contribuyendo con lo que los conmueve, la perfección y solidez de sus impresiones intelectuales.
Cuando empezó a emplearse la palabra filosofía se atribuía al serio intento de entender el mundo y el hombre, teniendo como propósito sin discusión el descubrimiento de la sabia forma de vivir. La primera escuela de la filosofía griega fue la Jónica y Tales de Mileto su insignia emblemática de tendencias racionales y realistas. Esta conquista inicial aupada por el pensamiento griego, representa uno de los más trascendentales movimientos de la humanidad. Volvamos la mirada hacia las causas del ser, de lo que pensamos, hacemos y sentimos, basados en un conjunto de concepciones y principios impresionantes, amparados de recursos insólitos mentales.