Caminar y comer de forma sana frenan la aparición de posibles demencias, según la última edición de 'The Journal of the American Medical Association.
Dejar el tabaco, beber alcohol con moderación (preferiblemente sólo un vaso de vino tinto en las comidas), hacer ejercicio suave de forma habitual y sobre todo, alimentarse según las pautas de la ya mítica dieta mediterránea, se han convertido en la 'receta' 'mágica' para aminorar el deterioro físico y mental asociado al paso del tiempo.
"Las personas mayores que caminan regularmente son menos susceptibles de desarrollar demencia", escriben los autores en sus conclusiones".
Según el estudio, los pacientes que caminaban con asiduidad conservaban sus funciones mentales mucho mejor que sus homólogos más sedentarios.
Todavía no se ha establecido cuál es el mecanismo por el que los paseos preservan la función cerebral. Los científicos barajan el efecto positivo que este hábito tiene en la vitalidad y en la biología del envejecimiento, la relación que existe entre la salud cardiovascular (que también mejora con el ejercicio).