Después de la tormenta viene la calma, pero para los sobrevivientes de la tragedia del 17 de septiembre, eso es relativo.
A poco más de una semana, aún hay familias que sienten su futuro incierto, pero todavía se siente la ayuda solidaria que demostró el pueblo panameño para con los damnificados.
Un grupo de trabajadores de una empresa privada, se hizo presente en el área recientemente y preparó alimentos que fueron distribuidos entre la niñez de los afectados en la comunidad de Nueva Esperanza, El Bajo.
Las familias afectadas requieren ahora de mucho apoyo y valor emocional para resistir sus tragedias.