Altos muros con imponentes verjas o perros de las razas más feroces, ni siquiera los más sofisticados equipos de seguridad, ni la presencia de vigilantes privados en las propiedades, han sido garantía para evitar el ingreso de delincuentes en las mismas.
El asesinato el domingo en la madrugada del norteamericano Alfredo Delgado, de 46 años, por parte de delincuentes que irrumpieron a robar en su casa del corregimiento de Alcalde Díaz, demuestra que ya ni en el calor del hogar las personas están seguras.
Ese crimen se suma a uno ocurrido el 8 de agosto en Mastranto de La Chorrera, cuando el estudiante Ramiro Sánchez, de 18 años, murió a manos de delincuentes que ingresaron a su casa, a robar.
El más reciente ataque de los ladrones de residencias ocurrió ayer, lunes, en la urbanización Los Angeles, del corregimiento de Betania, cuando los antisociales ingresaron a la casa de Lad Chatlani, cortando los barrotes.
Sin importar que en la casa se encontraba una adulta mayor enferma, los antisociales desvalijaron la vivienda llevándose artículos y dinero.
Ante los pedidos de ayuda de los afectados, los vecinos dieron parte a la Policía, pero los delincuentes se dieron a la fuga.