La formación de hábitos buenos asegura la perseverancia en los propósitos, los asienta y enfatiza.
Santo Tomás de Aquino: "Vuestros pensamientos, nuestras acciones son como obreros que en la intrincada selva del cerebro humano trazan un camino; cuando un pensamiento ha pasado por ahí, cuando una acción ha hallado un sendero, ya les será más fácil transitar otra vez. Dobla un pliego de papel, luego desdóblalo, si otra vez lo quieres plegar ya te será más fácil en virtud de la doblez primera. Así acontece con el hábito de leer.
Shakespeare dice: "Puede el hábito cambiar su forma a la naturaleza". El hábito de leer educa, te renueva, te culturiza y te engrandece. ¡Hazlo costumbre por favor y verás la realidad del hecho!
Recordad, niños de antes, cuando apenas estabas en primer grado inferior la cancioncita: m – a- = má; eme – a, ma; mamá. Hoy, ¿Quién eres tú? El e-me-a mamá transformó tu personalidad. Hoy estás (tú o ella) contento (a) de haber aprendido a través de la lectura, tu hábito consagrado. Te hiciste al fin un autolector (o un...) no lo sé.
He aquí lo que has logrado con el hábito de la lectura: La palabra de Dios es la base de la creación. Esta es una comunicación entre el hombre y Dios, por lo tanto necesitamos de nuestra realidad. La palabra de Dios nos ayuda a discernir vuestro estado de vida y lo que debemos mejorar a combatir.
El amor, la dulzura y la alegría son eslabones que unen entre sí la familia y la sociedad. Smiles.
Te das cuenta cómo las ideas cambian tu vida, si así lo deseas.
En realidad qué es lo que vive hoy día: El hambre, la angustia, la depresión, la inseguridad, el temor, el rapto, el crimen, el suicidio, la desgracia familiar...
¿Qué piensas tú de todo esto? Reflexiona. Ideas sanas desarrollan la cultura y cultiva la paz.