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Siempre que un jinete, ya sea en el plano nacional o internacional hace una gran demostración como conductor de caballos de carreras hay que resaltarlo como fue el caso de Camilo Pitty sobre Cortisol en el Clásico Raúl Espinosa, lució como un grande del sillín. Fue algo admirable, sin duda.
Pero lo contrario también hay que decirlo como sucedió con este mismo Pitty cuando no exigió a la yegua Paquita en la primera carrera del sábado. Igual aconteció con Abdiel Jaén, quien ha venido montando en forma extraña y poco efectiva.
Tras las actuaciones de Pitty y Jaén sobre sus respectivas cabalgaduras en la mencionada carrera fueron sancionados con doce reuniones de suspensión por el Cuerpo de Comisarios, que adujo monta negligente, aplicando los artículos 252 y 495 del Reglamento de Carreras, que se refieren a conducciones claramente contradictorias y maliciosas, así como al jinete que no exija a su caballo para buscar una mejor colocación.
Para nada defenderé a Jaén, ni a ningún jinete sancionado por no exigir a su cabalgadura, pero en lo que respecta a Pitty puedo decir al igual que muchos hípicos que está acostumbrado a realizar "montas rarísimas". Por ejemplo, sería bueno que se diga ¿qué le pasó a Jdam?, porque el Informe de los comisarios no dice nada.
Este servidor considera que hay que poner mano dura contra los entrenadores en casos de doping, así como también se debe sancionar rigurosamente a los jinetes que cometen dolo, no importa quién sea, si es que se quiere comenzar a recuperar la credibilidad perdida en el espectáculo.
El principal problema de esta actividad es la falta de credibilidad y precisamente, quiero aprovechar para recordar lo que me solicitó hace un tiempo atrás, Roberto Barrios, gerente de Operaciones Hípicas, en el sentido de que el hipódromo necesita el apoyo de los medios de comunicación social, pero ayer me sucedió algo que deja mucho que pensar sobre la petición del alto funcionario.
Resulta que me apersoné al Circuito Cerrado de Televisión del HPR para preguntar si era posible poder observar la película del Clásico Raúl Espinosa, con cámara lenta, etc., pero José Bruno respondió que se le había quedado la llave de la puerta donde está guardado el cassette de la carrera...Da la casualidad que la vez anterior que estuve por allá y se encontraba este señor ocurrió lo mismo.
Lamentablemente para el hipódromo, perdió la oportunidad de que alguien que fue con la intención de escribir para poder realzar el bonito espectáculo que dio el domingo con el empate entre Cortisol y Figo que, sin duda, es lo que necesita urgentemente la hípica.
Desde luego que las cosas buenas hay que decirlas, así como las malas, y sobre todo hacer los correctivos para que no se repitan las segundas. Es la única forma que esto comience a funcionar. |
