Hemos visto en los últimos meses cómo algunos niños han muerto al caer dentro de letrinas, en áreas donde no existe un sistema de desagüe de residuos humanos. Lamentablemente, todo queda en luto y dolor de los familiares, y no se lleva a cabo una prolija investigación, sobre un asunto que se ha incrementado de manera sospechosamente alarmante.
Las causas de estos fatales accidentes pueden ser muchas y variadas, desde el descuido durante su construcción, hasta la dejadez de los padres o madres de las criaturas. Sin embargo, de allí también se deriva una variable importante, y es el gasto en obras con beneficio político para sus gestores y no para las comunidades donde al parecer la modernidad todavía tardará mucho en llegar.
Muchos panameños han utilizado este sistema de eliminación de desperdicios orgánicos, tanto en el interior del país como en las áreas suburbanas y marginales de la capital; sin embargo, en estos tiempos de modernidad y globalización estos casos se incrementan. También podemos decir que conocemos casos de infantes que viajan al interior de la República a visitar a sus familiares, que a la sazón poseen estos evacuatorios y no se han reportado accidentes como los mencionados.
Este tema de la caída en tanques sépticos, debe ser tomado con seriedad porque no podemos permitir que esto siga ocurriendo, es imperdonable, deben establecer penas, porque quien construye algo mal, en donde hay menores, está cometiendo un delito.
Cuántas madres solas han criado sus hijos en el interior y en las afueras de la ciudad capital, sin vivir estas experiencias fatales como la pérdida de sus niños, lo que indica que tiene que darse cierta postura fuerte de la justicia en este campo. Cada noticia de niños que mueren por estas razones, nos parte a todos el corazón, pero si no se hace nada contra esta desgracia, no crearemos el hábito de hacer estas construcciones bien y de cuidar a nuestros hijos en una forma mejor. |