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Para mantener en buen estado las partes metálicas de las herramientas, húndelas varias veces, después de cada uso, en una cubeta que contenga una mezcla de 20 kg. de arena y un litro de aceite para automóvil, usado.
Para proteger herramientas como: las partes móviles de la maquinaria de jardinería, las cuchillas de la podadora, etc., rocíalas con un lubricante anticorrosivo. Para quitar el óxido de las herramientas, frótalas primero con fibra de acero mojada en petróleo o aguarrás, luego con una bola de papel aluminio.
Para transportar la manguera del jardín y evitar que se enrede, colócala en un carrete con ruedas. Guárdala bajo techo, especialmente si es de vinilo, pues este material se deteriora con los rayos del sol. Si la manguera tiene pequeños agujeros por los que se fuga el agua, calienta un picahielo hasta que se ponga al rojo vivo, y séllalos con éste.
Si tu jardín cuenta con un cobertizo con llave de agua, conecta en ella la manguera y cuélgala en un carrete contra la pared para facilitar su uso. Afila el azadón por el lado correcto (la orilla interna) para poder jalarlo por el suelo con mayor facilidad.
Es más seguro colgar las herramientas de mango largo en los muros que apoyarlos contra ellos; de esa manera ocupan menos espacio, son más fáciles de encontrar y nadie tropezará con ellas. |
