El estrés es uno de los trastornos más comunes de esta época. Las causas habría que buscarlas en las tensiones de la vida cotidiana y en la reacción ante los estímulos negativos de la civilización actual.
El problema aparece cuando la tensión en nuestro organismo se desborda y supera nuestra capacidad de control. Dicho de otro modo, cuando el estímulo perturbador incrementa la activación del organismo más rápidamente que su capacidad de adaptación.
Éste suele aparecer con más frecuencia en aquellos individuos que están insatisfechos con la vida que llevan, y no se atreven a cambiarla o poner los medios para obtener mayor satisfacción.
Las primeras señales de aviso suelen manifestarse en forma de síntomas físicos como:
- Respiración rápida.
- Ritmo cardiaco acelerado.
- Dolor de cabeza.
- Insomnio.
- Trastornos del apetito.
Los síntomas psíquicos y conductuales son más difíciles de identificar y tardan más en aparecer. Los más comunes son: la irritabilidad, inquietud, mala concentración, atención dispersa, disminución del rendimiento, imposibilidad para relajarse, cansancio, etc.