Manejar por las calles de nuestra bella ciudad cada día se está volviendo más peligroso y es que la cortesía al parecer es cosa del pasado. Ya no sólo es el comportamiento inadecuado de los conductores de taxis y buses que se estacionan en cualquier sitio, muchas veces, sin razón alguna, obstruyendo arbitrariamente nuestras calles.
Sino que al parecer esta mala práctica ha contagiado a muchos conductores que manejan a altas velocidades, violando los límites establecidos por la Dirección Nacional del Tránsito y Transporte Terrestre, con tal de llegar a tiempo a una cita. Podemos entender en algunas ocasiones que se conduzca a velocidades un poco altas, pero lo que no concebimos es que no se respeten las señales de los semáforos, hábito que se está volviendo costumbre.
En muchas oportunidades hemos observado a conductores irresponsables que se han "comido", por decirlo en buen panameño, la luz roja, sin pensar en las consecuencias que puede ocasionar su imprudencia.
Recuerde que es mejor llegar unos minutos tarde que no llegar nunca y si usted alguna vez ha cometido este error, piense primero en sus familiares, que son los que sufrirán los efectos de su falta de cordura. Lo queremos como lector, no como una cifra más.