|
TEMAS DE ACTUALIDAD
Más de lo mismo en la UNAP
Edmundo De la Cruz
El domingo 13 de agosto del presente y después de una notoria extemporaneidad la Unión Nacional de Artistas de Panamá (UNAP) realizó sus elecciones correspondientes al período 2000-2002 en un acto que pudiésemos calificar de triste y monótono donde por segunda vez consecutiva encontramos la postulación de una nómina única encabezada por la misma persona del período que culmina, y donde los tradicionales cambios de sombreros no hacen más que repetir a las misma figuras en diferentes sillas. Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que no se han realizado en más de cinco años una asamblea general formal con la membresía de la UNAP, a no ser claro está, las obligantes e inevitables asambleas de fin de período cuyo tema único (y estricto por conveniencia) es precisamente "las elecciones". Esto sin contar que en las cuatro últimas convocatorias efectuadas para las recientes elecciones jamás hubo quórum, y no logramos tenerlo hace muchos años. Pero que no se crea por un momento que la presentación de una nómina sin adversarios obedece a consensos y conformismos de los artistas agremiados en la UNAP a favor de los postulados, lejos de ello, responde más bien a las prácticas de la vieja escuela antidemocrática, a la inmoral ventaja de quienes ostenta el turno al poder, a las irregularidades evidentes que no permiten la participación positiva y decisiva de sangre nueva, de nuevas ideas, de compromisos y proyectos acordes a los tiempos. Nada hemos logrado con los necios y deficientes personajes requete-conocidos, aferrados a los cargos por un extraño y contagioso síndrome que no contempla ni admite alternabilidad verdadera en la conducción de un gremio que merece mejor suerte. No podemos seguir creyendo en la engañosa premisa del desinterés del artista a la particpación gremial o sindical. Por el contrario, es el marasmo cómplice de seudo líderes empotrados en una directiva sin bases, sin poder de convocatoria -- mil veces demostrada - y que tampoco le interesa, ni busca la forma de aglutinar, de sumar, de reunir a la verdadera familia artística panameña. Una reelecta directiva que canta victoria y se siente orgullosa de obtener ridículos 84 votos (contando sus propios votos), de un mínimo listado de aproximadamente 120 artistas capacitados para votar (¿el resto de los cientos de artistas de este país?... ¡Bien gracias y usted!). Un escuálido listado donde hay incorporados algunos cantantes porque tararean, algún músico porque chifla, algún pintor porque hace pedicure, además de los parientes de los candidatos que son, por supuseto, automáticamente artistas. Irónicamente las expectativas e inseguridades que tenían estos señores fueron tal que necesitaron contar con la presencia de la Policía Nacional para evitar robo de urna o atentado terrorista, sin embargo no hubo presencia de ningún funcionario del Ministerio de Trabajo en quien se pudiera confiar como legítimo observador neutral.
|
 |
|
|
|
