Es común escuchar de muchas personas decir que ellos no necesitan de la palabra de Dios ni asistir a ninguna congregación porque ellos son buenos. "Eso es para las personas que toman drogas o les ha pasado algo malo en su vida y se arrepienten", así dicen, pero en este espacio lamentamos decirle que no es así. Usted también necesita del perdón que otorga Dios gratis, a través del sacrificio de su hijo Jesús.
La gente tiende a confundir lo que dijo Jesús cuando afirmó que él no vino a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento. ¿Hay personas justas que no necesitan de arrepentimiento?
Vamos a leer el texto en Lucas 5: 27-32 donde dice: "Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento".
Todos necesitamos que el divino médico Jesús, sane nuestra enfermedad espiritual. Para que esto ocurra es necesario reconocer que estamos enfermos espiritualmente hablando y que Jesús es el único que puede curarnos. La sanidad del alma tendrá lugar cuando recibamos a Jesucristo como salvador personal.
Hoy es el gran día para hacerlo y presumir de que cuenta usted con el mejor apoyo del universo. Nunca se sienta completo. En cada ser humano hay vacíos que nadie puede llenar, sino es Jesús. Pregúntese ¿por qué los famosos nunca son felices? A ellos, como a nosotros, nos hace falta Dios.