El autócrata presidente de Turkmenistán, Saparmurat Niyazov, prohibió la transmisión de espacios musicales por televisión. Tampoco se permite en bodas ni encuentros públicos la difusión de CD’s, cintas o cassettes.
De esta forma, Niyazov pretende erradicar lo que denomina como las "negativas influencias extranjeras".
El mandatario asiático sólo ve posibilidades para una "verdadera" cultura nacional, que rinda tributo a las tradiciones de Turkmenistán. Niyazov, que gobierna con mano dura el país desde la caída del comunismo, ya había prohibido en el pasado las funciones de ballet y ópera.