Colgando de un hilo se mantienen las relaciones diplomáticas entre Panamá y Cuba. Esto fue ratificado con el anuncio de la presidenta de la República de Panamá, Mireya Moscoso, quien ayer pidió al embajador de Panamá en Cuba, Abraham Bárcenas, que regresara al país.
Moscoso dijo que no puede permitir que el presidente cubano Fidel Castro le falte el respeto a Panamá y mucho menos que envíe amenazas.
La mandataria dijo sentirse "ofendida" y advirtió que no permitirá que ningún gobierno se inmiscuya en los asuntos internos de su país.
Todo surgió, según indicó Moscoso, por "bochinches" inventados por Castro que pensó que se iría a vivir a Miami después de indultar a los anticastristas, cosa que ha negado.