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Otras fuentes revelaron que recientemente ingresaron a Boca de Cupé más de un centenar de refugiados.  |
La asociación Fe y Alegría, junto con el Servicio Jesuita a Refugiados con sede en España, denunciaron ayer que unos 429 desplazados colombianos se encuentran en Jaqué, huyendo de la violencia de país, pero están siendo presionados por las autoridades panameñas para que acepten un regreso voluntario a territorios colombianos que aún no ofrecen las mínimas condiciones de seguridad.
Esta denuncia se desprende de un informe sobre las condiciones de vida de los desplazados, elaborado por el sacerdote y abogado español José Manuel Lázaro.
De acuerdo con Lázaro, el Estado panameño no ha brindado a los desplazados las condiciones mínimas de subsistencia digna en cuanto a vivienda, alimentación, educación y seguridad.
"El 90% de los desplazados viven en viviendas sin las mínimas condiciones de habitabilidad", dijo Lázaro, agregando que no se les ha reconocido el status de refugiados, los servicios de salud les resultan muy caros, que se les imponen obstáculos para trabajar y cultivar la tierra, y que se les impide salir de la zona de Jaqué.
A este cuadro, añadió una serie de violaciones a los derechos de los desplazados cometidos por autoridades panameñas, tales como deportaciones ilegales y detenciones irregulares, para presionarlos a aceptar un retorno "voluntario" a las ciudades colombianas de Juradó y Bahía Solano el 12 de septiembre próximo, proyectados por ambos gobiernos.
"Las amenazas y humillaciones que, en ocasiones, han tenido que padecer de manos de las fuerzas del orden público, y el no poder ganarse la vida con un mínimo de dignidad les ha hecho sentir una mayor presión para aceptar la oferta de retorno", sostuvo. |