El estadounidense y antiabortista radical Eric Rudolph fue condenado ayer a cadena perpetua por el atentado con bomba que mató en 1996 a una mujer e hirió a más de 100 personas durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, y por otros dos ataques con bomba en la ciudad en 1997 contra una discoteca gay y una clínica de abortos, informó una fuente judicial.
Rudolph se había declarado culpable por los crímenes el pasado mes de abril, y ya había recibido dos cadenas perpetuas en julio pasado por otro atentado con bomba contra un clínica de abortos en Birmingham (Alabama, sur) en 1998, en donde murió un policía y una enfermera resultó herida.