La visita de contacto familiar para los presos en la cárcel de Santiago, a criterio de Abel Cerrud, residente en una apartada comunidad del distrito de Soná, que tiene a su hijo detenido desde hace varios años, es una oportunidad que ellos agradecen a las autoridades.
Cientos de convictos que pagan condenas en la cárcel de Santiago y otros en la espera de juicios, lograron estar con sus familias en las afueras de las celdas en un local preparado por la Policía Nacional, que tiene la responsabilidad de la custodia de los reos.
Cerrud, con los ojos humedecidos, dijo que su hijo está detenido desde hace varios años y por lo distante y costoso para poderlo visitarlo, poco lo ven pero con la visitas de contacto familiar aprovechan para estar con él hasta que se termine el tiempo, que son casi cuatro horas para hablar, tocarlo y reírse.
En esas visitas de contacto familiar es evidente ver cómo madres, padres, hermanos, hijos, lloran al ver a sus seres queridos que pagan condenas ante la sociedad.
Por su parte, un detenido dijo que realmente todos ellos agradecen a la gestión de muchas personas, quienes le pidieron a la Dirección de Corrección del Ministerio de Gobierno y Justicia que se les concediera la oportunidad de reunirse con sus familiares.
Esa es una forma de resocializar a los infractores de las leyes, pero la misma no se puede hacer con frecuencia por las implicaciones de uso del personal para la seguridad que se debe brindar a los familiares y presos durante las horas que permanecen en las instalaciones de la Policía Nacional.