El presidente de EU, George W. Bush, y su rival John Kerry cortejan esta semana el voto de los veteranos, al tiempo que un informe del gobierno muestra que los reservistas que vuelven de Irak sufren problemas para recuperar sus empleos.
Bush y el demócrata Kerry concurren a la convención anual de la Asociación de Veteranos de Guerra (VFW), una organización con 2,6 millones de miembros.
En Estados Unidos hay unos 26,4 millones de personas que han servido en las Fuerzas Armadas y son votantes potenciales.
El presidente abrió su discurso con una larga lista de los beneficios para veteranos militares que, según el Gobierno, se han promulgado durante su mandato, incluido un "incremento del 40 por ciento en los beneficios médicos en los últimos cuatro años".