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Eileen: nadando con el corazón
Crispín Chavarría N.
Crítica en Línea
La nadadora panameña Eileen Coparropa, retornó al país el lunes en la noche, mostrando en su pecho, su conquista más preciada hasta el momento, la medalla de plata que ganó el último día de los recién finalizados XIII Juegos Panamericanos de Winnipeg. Sin embargo la juvenil Eileen, prodigio de la natación panameña y, si se puede decir de América, además de su medalla, trajo con ella, más sentimiento que nunca hacia su patria, tras permanecer unos seis meses en los Estados Unidos preparándose para los Panamericanos. La esperanza que había dejado al partir en el mes de febrero hacia Florida, los panameños, la habían tomado bien en serio y Eileen estaba consciente de eso, según sus declaraciones en el terminal aéreo de Tocumen. Eileen como mostró sentimiento profundo de agradecimiento al pueblo panameño, mostró la otra cara, la de una atleta élite, ya que esta vez no pecó en reafirmarles a las autoridades deportivas que el apoyo que necesitan los atletas para superarse es indispensable, ya que los triunfos no vienen sólo y con coqueterías. "Había fallado la primera vez en los 100 metros libres y estaba superpresionada, no podía ocultar mi nerviosismo y eso influyó en mi desempeño durante la eliminatoria", dijo, agregando que tras la carrera donde quedó fuera, sólo pensaba en que dirían en Panamá", eso la atormentaba dejó entrever. Pero la sonrisa volvió a relucir durante la pequeña rueda de prensa (10:30 p.m.) organizada por su padre Pedro Coparropa en el familiar salón Esso, al recordar las palabras de su entrenador, el norteamericano Jack Nelson, quien le dijo que ese hit había pasado y que había que concentrarse para la próxima carrera, la final B, la cual ganó fácil, recobrando la confianza. "Recuerdo que mi entrenador me dijo que nadara con corazón y así lo hice, demostré que podía hacerlo aunque no esperaba abrir los ojos y ver el tiempo que había hecho, sinceramente iba por el bronce, pero la plata me gusta", señaló posteriormente la extraordinaria atleta panameña, que tiene sobre sus espaldas el récord centroamericano del caribe, (26.12 en los 50 libres), ahora un inimaginable registro nacional (25.78), que le otorgó un pasaporte sin parada a las Olimpiadas de Sidney 2000. Sobre sus planes, Eileen, piensa retomar sus estudios y preparación en los Estados Unidos, para competir en copas mundiales, avaladas por la Federación mundial, una de ellas será en Atenas, Grecia, en noviembre (15 al 20). Eileen explicó que su máximo logro hasta ahora, no sólo se debe a su esfuerzo y al de sus padres, sino a la dedicación y constancia de sus entrenadores y al masajista que tiene actualmente, ya que la sabe relajar, además de que ha mejorado en su partida, al punto que fue la mejor en ese aspecto en los Panamericanos. "Antes era la más lenta" recordó y aunque se vea como algo irónico, ahora parece tener más prisa para llegar a las próximas olimpiadas, con la extraordinaria marca que hizo (25.78), medalla de plata panamericana, quedando entre las cinco mejores en el ranking abierto, que más le queda decir a esta humilde atleta, que ha vuelto a sacar al igual que el pesista Alexis Batista (bronce) a Panamá a las marquesinas, donde, se escucha el himno nacional, se engalana la tricolor nacional y posan los grandes deportistas. Eileen eres una de ellas y ese triunfo que también te dedicaste, lo disfrutó Panamá.
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