La Procuraduría General de la Nación abrió una investigación por el escándalo de los "pinchazos" telefónicos, en la cual el procurador de la Administración, Óscar Ceville, interpuso una denuncia contra su ex jefe de Seguridad, Jorge Ábrego.
Ábrego acudió ayer, miércoles, a la Procuraduría de la Nación para entregar la carta que giró al procurador Óscar Ceville tras la denuncia interpuesta en su contra por posible extorsión.
Ábrego sigue responsabilizándose de haber "pinchado" durante 3 años, período que estuvo en la Procuraduría de la Administración, las llamadas de ex funcionarios.
Adujo que ese acto que reconoce como ilegal, lo realizó "por obediencia" (a su superior).
Negó el ex escolta de Ceville que durante su tránsito como funcionario del Servicio de Protección Institucional (SPI) hubiese hecho ese tipo de intervenciones telefónicas a los escoltas presidenciales.
Äbrego sostiene que los equipos utilizados en la Procuraduría fueron comprados con dineros de Ceville, por un monto de mil dólares, en Radio Shack.
Sostiene que fue el 17 de noviembre de 2008 cuando el ex escolta envió la carta para que Ceville renunciara, de lo contrario daría a conocer las ilegalidades de la cual formó parte.