La mafia siciliana ordenó el asesinato del llamado "banquero de Dios" y ex presidente del que fue el mayor banco privado italiano, el Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, hallado muerto en 1982 bajo un puente de Londres, indicaron fuentes judiciales.
El cuerpo de Calvi fue descubierto el 18 de junio de 1982 ahorcado bajo el puente Black Friars, suscitando numerosas sospechas y polémicas sobre uno de los mayores escándalos de la historia de Italia que llegó a salpicar al Vaticano.
Según la justicia británica se trató de un suicidio, pero en 1992 se abrió una nueva investigación en Italia, después de que la familia del banquero consiguiera indicios que intentaban probar que Calvi había sido asesinado por la mafia.
Once años después, tras una serie de inspecciones, que incluyeron la exhumación en 1998 del cadáver del banquero, enterrado en Como (norte de Italia), los jueces romanos Anna Maria Monteleone y Luca Tescaroli llegaron a la conclusión de que fue la mafia siciliana la que ordenó su muerte.
Entre los acusados de haber ordenado su asesinato figuran el padrino de la mafia Pippo Caló, encarcelado desde 1985, los empresarios Ernesto Diotallevi y Flavio Carboni, así como su amiga, Manuela Kleinszig, residente en Austria.
Los cuatro fueron declarados culpables de "asesinato grave y premeditado".
Para los jueces, Cosa Nostra ordenó su asesinato por tres motivos: porque no fue capaz de manejar bien el dinero que le entregó la organización criminal, para que no denunciara las relaciones existentes entre el dinero de la mafia y el del banco del Vaticano (el célebre IOR, Instituto de Obras Religiosas) y como advertencia o chantaje a los demás empresarios del sector.
Roberto Calvi, afiliado a la controvertida logia masónica Propaganda 2 (P2), malversó al parecer, o más bien invirtió mal, más de mil millones de dólares de las arcas de su banco, que contenían principalmente fondos del Vaticano y de la mafia. |