Una llamada anónima alertó a las autoridades de la DIJ y del Ministerio Público sobre la presencia en una empresa, ubicada en las áreas revertidas, de un trabajador muy parecido al retrato hablado del denominado "Violador de las Discotecas".
Esto provocó que las autoridades se trasladaran hacia dicho sitio y procedieran a aprehender al sujeto, el cual en efecto, tenía mucha similitud con el retrato hablado.
Al igual que el retrato hablado, el retenido tenía en uno de sus brazos, un tatuaje en forma de ancla con un círculo en la base, el cual había sido descrito por varias de sus víctimas.
El "Violador de las Discotecas" recogía a sus víctimas, todas ellas mujeres, en centros de diversión de los distritos de San Miguelito, en la Plaza Ágora de la Transístimica y en la Calle Uruguay del corregimiento de Bella Vista.
Después de abordarlas les ofrecía un aventón, pero en vez de llevarlas a sus destinos, las conducía a parajes solitarios donde abusaba de ellas.