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Estremecida quedó la comunidad indígena de Guacuco, ubicada en Tortí Abajo de Chepo, al correr veloz del dantesco hallazgo de un cadáver en la casa de la familia Pérez.
El hombre identificado como Milton Pérez, de 24 años, fue asesinado de al menos 17 machetazos en la cabeza y en el rostro por su propio hermano, un menor de 14 años.
Según las investigaciones que adelanta la PTJ de Chepo, Milton era un hombre violento que torturaba a sus hermanos menores y golpeaba a su madre y a su padre.
TENIA NEGOCIOS CON EL DIABLO
Los familiares, según una fuente judicial, aseguraron que Milton "tenía pacto con el diablo". Bebía sangre de culebra , ratas y ratones, y cada vez que regresaba de cacería estaba como loco.
Aquel sábado 12 de julio de 2003, Milton regresaba del monte. Allí había cazado un conejo.
Ya en casa, declararon los familiares, Milton estaba enfurecido. Decía que "Satanás le había dado instrucciones de asesinar a toda su familia".
LA DISCUSION
Minutos después inició una discusión con el hermano menor. Ambos se disputaban un insecticida que habían comprado para uso de todos.
Milton sometió al menor e intentó asesinarlo de un machetazo, pero la madre logró distraerlo y el menor escapó.
Pero el muchacho no fue a esconderse, fue en busca de un machete y arremetió contra su hermano de 24 años. Un machetazo detrás del otro le dio el menor hasta dejar la cabeza de Milton partida en cuatro pedazos.
EL ENTIERRO
Los otros dos hermanos del menor - uno menor y un adulto- lo ayudaron a arrastrar el cuerpo cerca de la casa. Allí se quedó Milton desangrándose por más de 20 horas.
Al día siguiente, los hermanos decidieron abrir una fosa y lanzar el cuerpo del occiso, y así lo hicieron. Lo envolvieron con una hamaca y luego lanzaron sobre él pedazos de madera y tierra. Todo esto ante la mirada atónita de la madre. Al lado de la fosa común enterraron los machetes todavía ensangrentados.
La PTJ de Chepo se enteró de la situación por vecinos y en conjunto con la Personería del lugar capturaron al menor asesino y a los dos hermanos cómplices. Todos confesaron y fueron puestos a órdenes de la autoridad competente. |
