El ministro griego en cuyos hombros pesa la responsabilidad por la seguridad en Grecia está consciente que su país afronta una misión titánica: proteger a miles de deportistas y millones de espectadores de un amplio abanico de amenazas de índole nacional e internacional.
Los escenarios de las competencias tienen que estar bien salvaguardados, y la misma consigna va para los puntos de atracción turística, como la Acrópolis.
Los trenes y buses podrían ser blancos, al igual que los incontables cafés callejeros de Atenas.
Y no hay que olvidarse del puerto, donde la realeza europea y los astros del equipo de básquetbol de Estados Unidos se hospedarán en cruceros de lujo.
El ministro de Orden Público Giorgos Voulgarakis, tras reconocer primero que toda Atenas es un escenario'', se inclina hacia adelante en su silla y enumera todo lo que se ha logrado.
Grecia se ha gastado una cifra récord de 1.200 millones de dólares para brindar seguridad en los juegos. También pidió la ayuda de la OTAN y recibe asesoría de siete países, incluyendo a Estados Unidos e Israel. Más de 70,000 policías y soldados han sido entrenados.
Todo lo que se ha hecho supera la imaginación'', declaró Voulgarakis. Es bien sabido que hemos gastado mucho más de lo que está a nuestro alcance''.