No todos los días, en la ciudad de Panamá, un menor salva la vida a un adulto, por el contrario, el 10 % de los homicidios que se comenten en el país son perpetrados por menor contra la población adulta.
La historia llena de gozo, colorido y alegría se desarrolló en Punta Grande, un pequeño pueblo indígena del Darién, el pasado fin de semana.
El personaje principal de los hechos es David, de 8 años, un niño igual a todos los demás, con su escuálido físico y sonrisa ingenua que denota lo opuesto a sus dotes de nadador.
Según testigos, la maestra de multi grado, Deisy Dimas, quien está embarazada, cayó al río Tupisa a las 9:00 de la mañana del sábado.
Gritos de zozobra y angustias eran los que pegaba al Cielo la educadora, pero intempestivamente salió de la nada para escribir su nombre en piedra, el niño David, quien se lanzó al río dando brazadas y figurando como todo un campeón ante sus compañeros y rescatar de las aguas a su maestra.
Para los demás escolares, que se quedaron con la boca abierta por la hazana de su amigo, David es todo "un pescado".
La situación se produjo producto de una cabeza de agua, narró uno de los testigos del hecho poco común.
Una de las preguntas que a diario hacía el pequeño David en el aula de clase a su maestra Deisy era: "�Cómo es la ciudad?".
Como muestra de gratitud, la educadora, quien viven San Joaquín, se trajo al niño a la ciudad con el propósito de satisfacer su curiosidad.
�Ojalá todos los niños del país tuvieran la dicha de conocer y palpar el mar, el Canal de Panamá, para tener un conocimiento más completo de la tierra que los vio crecer!
Hoy por hoy, David se siente más que pagado.
valentía: Sólo tiene 8 años
David cursa el segundo grado en la escuela de Punta Grande, donde viven alrededor de 500 personas.
Para Deisy, la maestra, es su primer año allá.