La policía boliviana no halló indicios de un supuesto plan sedicioso contra el Gobierno del presidente Carlos Mesa, aunque realiza operaciones contra las amenazas de boicot al referendo sobre el gas que se celebrará el domingo.
La investigación del presunto complot es destacada por la prensa boliviana, pero, según el vocero del Ministerio del Interior, Gregorio Lanza, "no hay indicios, no existe nada".
El rumor comenzó con la aparición de panfletos que hablan de esa conspiración golpista en la que estaría implicado un grupo de policías jubilados.
Para el referendo del domingo fueron inscritos casi 4,5 millones de personas que responderán a cinco preguntas sobre la política energética nacional, que algunos sectores rechazan por no plantear la expropiación de las empresas petroleras que operan en el país.