El pasado lunes por la noche la temperatura enfriaba todo lo que estaba en el ambiente. Ni siquiera los más gratos recuerdos de una patria querida, te hacían calentar las venas y todo lo que por ella circulaba. A pocos minutos de abandonar el aeropuerto de El Dorado, en Bogotá, Colombia, aparecen como por arte de magia los miembros del grupo La Oreja de Van Gogh.
Humildes, bonachones, amables y hasta sencillos. Todos estaban allí, desde Alvaro, Pablo, Haritz, Xavi y la siempre "carita empapada" Amaia, bella y de ojitos alegres como rosas...
Veníamos del "Atoairport" de Curazao, donde el peso de la derrota en una final anunciada nos hizo pagar sobrecargo en el compartimiento de la verg�enza. Bogotá estaba fría como el hielo y la derrota aún mantenía su peso a más de 48 horas de su llegada. Panamá perdió en una final ganada 8 carreras por 7 ante Venezuela.
Cuando vi a los de la Oreja de Van Gogh me dije... ni te acerques, deben ser presumidos y mejor no hablarles. Pero la historia fue otra, me dije... que significará "Carita Empapada" para esta fulita, hermosa y bella por siempre. Ni siquiera sabía su nombre, pero la curiosidad me dio por preguntar...
�Qué significa carita empapada?. Después supe su nombre... Amaia... me dijo: "Carita triste, pero con ilusiones y con esperanza". También le pregunté otra cosa... otro día lo explico. El domingo estarán en suelo panameño, me gustaría verlos en acción y escuchar "Rosas". "En un día de estos en que suelo pensar... hoy va a ser el día menos pensado, nos hemos cruzado, has decidido mirar, a los ojitos azules que ahora van a tu lado. Desde el momento en el que te conocí, resumiendo con prisas Tiempo de Silencio, te juro que a nadie le he vuelto a decir, que tenemos el récord del mundo en querernos".
"Por eso esperaba con la carita empapada, a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí, porque ya sabes que me encantan esas cosas, que no importa si es muy tonto, soy así. Y aún me parece mentira que se escape mi vida, imaginando que vuelves a pasarte por aquí, donde los viernes cada tarde, como siempre, la esperanza dice "quieta, hoy quizás sí...".
Con cariño para todos los seguidores de La Oreja de Van Gogh. �Viva el béisbol!