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La proliferación de manifestaciones en todo el país refleja problemas en la estructura de poder y muchos de esos problemas no tienen una trascendencia nacional, como en efecto se puede constatar.
La falta de fortalecimiento de las juntas comunales, de los municipios, de las gobernaciones y de los consejos provinciales, ha traído como consecuencia que la protesta desemboque en la Presidencia de la República.
Un país no puede vivir con comunidades interioranas cuyo método de protesta es cerrar el paso en la vía Interamericana, pero también es cierto que no puede existir si no se solucionan los problemas.
La necesidad de fortalecer los municipios, con diferentes actividades, como ya se ha empezado a hacer en varios con la recolección de basura, la distribución del agua y el drenaje pluvial y otras funciones que se manejan desde la capital; esto puede ser una salida.
En el pasado torrijista los consejos provinciales se convirtieron en una muralla de contención para muchos problemas que eran resueltos mediante la visita de los ministros. Urge entonces dar más fuerza política a los consejos provinciales y a sus respectivas juntas técnicas que representan los niveles más altos de jefaturas de las instituciones en las regiones.
El país no puede seguir viviendo en esta situación que cualquiera protesta tiene que trasladarse a la capital y a la presidencia, no se puede gobernar de esa forma y al exterior estamos enviando un mensaje de anarquía. |
