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Ocho generales retirados del Ejército chileno, que colaboraron con el ex dictador Augusto Pinochet desde los altos mandos, admitieron y condenaron el jueves las exhumaciones de desaparecidos para borrar sus rastros que realizaron los militares durante la dictadura.
La declaración se conoció mientras el gobierno del presidente Ricardo Lagos prepara una propuesta al país para entregar una "reparación" a los familiares de los al menos 3.000 muertos y desaparecidos que dejó el régimen de Pinochet (1973-1990).
"Cualquiera que sean las condiciones bajo las cuales se efectuaron las exhumaciones, éstas constituyen acciones que no se condicen con el recto proceder que debe orientar la conducta de un militar", dijeron los ex generales.
El primer proceso por la exhumación de restos humanos desde sepulturas clandestinas realizadas en la dictadura, para borrar el rastro de los desaparecidos, se inició en Chile el pasado 25 de junio, cuando el juez Juan Carlos Urrutia inculpó a cinco militares retirados.
"Reconocemos la existencia de problemas en materia de derechos humanos, los que no pueden volver a repetirse", agregó la declaración, en referencia a los juicios por asesinatos y desapariciones forzadas que enfrentan decenas de ex colaboradores de la dictadura. |
