Anúnciese en Crítica en Línea


  OPINION

TEMAS
Fuimos testigos de la política humillante de los Estados Unidos

linea
Abdel Fuentes
Colaborador

Creía conocer los principios de la política humillante que aplica los Estados Unidos a las naciones indefensas, pero nunca había experimentado el rigor de su prepotencia. Mi experiencia pareciera ser un típico ejemplo de lo que en derecho se conoce como la presunción de la culpabilidad.

Después de haber estado varios días en la República Popular de China, me vi precisado a permanecer 13 horas en Los Angeles, California, hasta abordar el avión que me traería a Panamá. Aunque poseo visa para ingresar a los Estados Unidos, en el aeropuerto de Los Angeles, un policía de migración descubrió que la mencionada visa me autoriza, por 5 años, a trabajar en ese país como periodista, pero no me permite transitar como turista por menos de 24 horas. Por lo visto, mi pecado fue no portar una visa que me calificara como turista o viajero de tránsito, por lo que retuvieron mi pasaporte. Después de entender y no entender lo que ocurría, un policía latino, pero con piel de gringo, me llamó a una ventanilla, me explicó a medias la situación, y me hizo sentir como un vulgar delincuente. Por supuesto que empecé a expresar mi malestar por el abuso del gringuito, lo que provocó que el otro policía al parecer chicano, me llamara y bajo intimidación y amenaza, me exigió que le entregara mi cartera. Pero para hacer más latente su autoridad, el chicanito vació mi cartera ante mis ojos, revolvió todos mis documentos personales, en virtud de que él, debido a mi actitud de protesta ante la humillación a la que me sometieron él y su compañerito, yo podría ser un individuo con antecedentes penales. No entiendo la burocracia gringa en materia migratoria, pero sí comprendo que ellos siempre imponen su voluntad, fuera y dentro de sus fronteras.

Aunque las naciones poseen sus leyes de migración y aduana, las cuales deben respetarse, ningún requisito está por encima de las leyes morales que abogan por el derecho individual de las personas. No me quejo por lo que a mi entender es un procedimiento burocrático y absurdo, sino por la forma prepotente con la que fui tratado por el chicano. "Yo no tengo por qué darle ninguna explicación, podemos hacer lo que nos venga en gana, estas son las leyes de los Estados Unidos y usted aquí no tiene ningún derecho", expresó el esbirro. Lo más humillante para este servidor fue permanecer acompañado de un representante de la aerolínea en la que venía de Oriente, durante toda mi instancia en Los Angeles. Este personaje a quien le denominé el custodio, sólo se apartó de mí cuando me trasladé a una habitación del hotel donde la aerolínea me hospedó durante unas 5 horas.

La experiencia que viví no fue nada grata. En todo momento me sentí como un delincuente que necesitaba ser custodiado y que de hecho lo estuve. Yo simplemente era un extranjero que transitaba por ese país y que de pronto, dependiendo del poco tiempo que disponía, realizaría algunas compras y quizá hasta visitaría algún sitio interesante. Lo más probable es que al retornar a mi tierra, hablaría algunas maravillas de los sitios conocidos, lo cual podría originar el interés en otras personas para hacer turismo en esa ciudad.

 

volver arriba 

 


linea

NUESTROS ANUNCIANTES


| Primera Plana | Portada | Nacionales | Opinión | Económicas | Mundo |
| Deportes | Provincias | Variedades | Sucesos | Sociales | Ediciones Anteriores |
| Buscador de Noticias | Clasificados Epasa |



bandera de Panama
Ciudad de Panamá
Copyright © 1995-2001 Crítica en Línea-EPASA
Todos los Derechos Reservados