Una segunda autopsia se realizó ayer a Michael Jackson a petición de su familia que duda sobre el papel de Conrad Murray, el médico personal del artista, quien minutos antes del deceso del Rey del Pop, le inyectó un medicamento similar a la morfina.
El reverendo Jesse Jackson había anticipado que miembros de la familia de Michael están molestos y frustrados por las dudas sobre la muerte del cantante tras sufrir un paro cardiaco.
"Ellos sospechan del médico y tienen razones reales porque cualquier otro médico hubiese dicho, esto es lo que pasó en la última hora de su vida y yo estaba allí. Yo le di tal medicina. Pero él abandonó el lugar", dijo Jackson.