La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos prohibió mostrar copias de los Diez Mandamientos judeo-cristianos dentro de dos tribunales del estado de Kentucky.
A los jueces se le pidió decidir si tal alusión bíblica eran un simple tributo a la historia de Estados Unidos o una medida anticonstitucional que no respetaba la separación entre la religión y el Estado.
El magistrado David Souter citó el "propósito predominantemente religioso" de tales despliegues.
El tema de los mandamientos había enfrentado en acalorado debate a grupos de cristianos conservadores y grupos seculares.