Mariano Rivera entró a sofocar una rebelión de los Bravos de Atlanta en la octava entrada, pero al llegar la alta de la novena, le tocó el turno de batear.
El receptor de los Bravos, Brian McCann, le preguntó si era su primer turno al llegar al cajón de bateo. Rivera respondió: "No, es mi segundo", y luego sonrió.
En la loma estaba el panameño Manuel Acosta, quien le lanzó una recta, y pasó por la zona buena. En cuenta de 0-1, vino otra recta y Mariano chocó la esférica, sacando un elevado al jardín central. Fue puesto out.
Todos en la banca de los Yanquis estaban pendientes del turno de Mariano. No todos los días batea en las mayores.
Al llegar al "dogout", todos sonrieron y lo felicitaron". Antes del turno, Melky Cabrera le había prestado los guantes y le consiguió un casco de protección, no sin antes darle unas instrucciones al veterano lanzador de 39 años, que consiguió el miércoles su salvado número 498, en la victoria de los Yanquis 8-4 sobre los Bravos de Atlanta.
Mariano había bateado por última vez en temporada regular, el 20 de junio de 2006, en contra de los Filis y el lanzador Ryan Franklin, en el Citizens Bank Park.
Sobre el turno de bateo, el panameño comentó, luego del partido: "Yo estaba impaciente, porque definitivamente quería ayudar, pero si no tengo las oportunidades, va a ser difícil".
"No es lo que realmente queremos ver, pero tenía un buen swing", dijo el timonel de los Yanquis, Joe Girardi, quien fue expulsado en la sexta entrada.
"Cuando él golpeó, pensé que íbamos a conseguir un par de carreras en la pizarra", finalizó diciendo Girardi.