Sabemos que algunos de nuestros lectores recordarán esa época o bella página referente al amor. Vamos a ver.
Las Bóvedas: cita obligada para llevar a la novia y robarle un beso.
El Malecón de Balboa: a la luz de la luna, las parejas contemplaban el mar, mientras conversaban sobre sus planes de boda.
El Parque Anayansi: este ya era para caricias mucho más fuertes que un simple beso, era un lugar muy preferido por la oscuridad que tenía.
Otros lugares preferidos por los enamorados, eran los cines, especialmente aquellos que tenían balcón, como por ejemplo: el Presidente, Cecilia y Variedades, que tenían dos balcones incluyendo el conocido como gallinero, el Tropical, el Central, el Capitolio, El Dorado, el Amador; ¿se acuerdan?, cuántos matrimonios hubo, después de una visita a esos cines.
Pero habían cines que eran "zona roja", donde acudían los "ñaños" de la época, quienes por unos cuantos centavos, buscaban satisfacer sus deseos.
Todavía me río a carcajadas cuando uno de esos "gays" iniciaba sus avances ante un parroquiano, quien molesto gritaba: "Aquí hay un cue...", de inmediato se encendían las luces y en ocasiones eran sacados por la Policía, que generalmente estaban en el cine, ya que en esa época los agentes no pagaban la entrada, esto era cortesía de la gerencia.
Si alguien tenía una relación formal era obligatorio llevarla a saborear un helado en La Central de Lecherías, la Inmaculada o cenar comida china en los chop suey de la Avenida B o Salsipuedes.
En la próxima entrega, les voy a referir cómo se expresaba, el panameño, en mi época. Hasta pronto. Arquímedes.