Estados Unidos enfrenta el riesgo de quedar aislado en las discusiones sobre la crisis nuclear en Cora del Norte esta semana en Pekín debido a su intransigencia frente al régimen de Pyongyang.
Washington exige a Corea del Norte que abandone totalmente su programa nuclear antes de empezar a discutir cualquier ayuda económica al gobierno de Pyongyang.
Esa demanda fue rechazada por el gobierno norcoreano y considerada como irrealista por Japón y Corea del Sur, los dos principales aliados de Washington en el sudeste asíatico.
"Esa posición es, creo yo, una receta para una parálisis porque en esas condiciones nadie va a querer dar el primer paso", estimó Michael O'Hanlon, experto de la Brookings Institution de Washington.
Con una economía en ruinas, el régimen estalinista norcoreano solamente cuenta con ese elemento de presión para recibir una ayuda económica, indicó el especialista.
Desde 2002, Estados Unidos reclama un desmantelamiento completo, verificable e irreversible que es la única forma de terminar con la amenaza, declaró el portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher.
Esa afirmación es "una cuestión de principios" para Estados Unidos, indicó Balbina Hwang, experta de temas asiáticos de la Heritage Foundation de Washington. Y "los principios son, por definición, no negociables y no deben ser flexibles", precisó.