SIN COMPROMISO ¡Hasta luego, don Julio..!

Amett Pérez K.
Crítica en Línea
Cuando fallece una persona generalmente se mencionan las cosas buenas que hizo en este mundo, lo cual es un acto práctico y normal, pero sin temor a equivocación en lo que respecta al entrenador Julio Torres no se trata de un formulismo, ya que era un hombre muy honesto y trabajador, que todos siempre respetamos. Su partida deja un gran vacío en la familia hípica, que difícilmente será llenado, porque se trataba de un excelente profesional en la preparación de caballos de carreras y con un gran don de gente y que como señala la resolución de duelo de la Unión de Preparadores "se destacó por sus sólidos principios éticos y morales, con los que formó un hogar ejemplar". Don Julio como este servidor le decía, era de esos seres sanos que no hay muchos en esta vida y que como pocos en su profesión, siempre quería ganar, nunca entrenaba un caballo para perder o lo presentaba en una carrera sin la intención de lograr el triunfo, razones suficientes para admirarlo y respetarlo, pero igualmente era de esas personas que nunca se la pasaban "dándose bombos", aunque tenía méritos de sobra para recibir altas distinciones, las cuales mucha gente se las negó en vida. Acostumbrábamos a visitar su establo y siempre se acordaba de Dios, dándole las gracias, porque como manifestó en la última entrevista que ofreció, la cual fue concedida a quien suscribe, que el Señor siempre lo protegía y por ello que de seguro desde el cielo estará siguiendo la hípica local, que como todos sabemos atraviesa por malos momentos. Julio Torres Pérez era un verdadero exponente de la preparación de caballos, y como dijo Ricardo Lau, "era el primero en llegar al establo y el último en irse. Era un fuera de serie...". En la tarde de ayer, su cuerpo recibió cristiana sepultura, pero su recuerdo siempre vivirá en nosotros, los que tuvimos la dicha de conocerlo y tratarlo. Simplemente como buen guerrero "murió con las botas puestas", ya que hasta el último día de su existencia estuvo muy cerca de lo que amó y defendió...¡Hasta luego, don Julio...!
|
|
En la tarde de ayer, su cuerpo recibió cristiana sepultura, pero su recuerdo siempre vivirá en nosotros, los que tuvimos la dicha de conocerlo y tratarlo. Simplemente como buen guerrero "murió con las botas puestas", ya que hasta el último día de su existencia estuvo muy cerca de lo que amó y defendió...¡Hasta luego, don Julio...!

|