Ex Cónsul de Panamá en
Nueva York ratifica inocencia en contrabado de piezas arqueológicas
Luis A. Chamorro B. / Crítica en Línea
AP · Filadelfia
El ex cónsul de Panamá
en Nuevo York, Frank Iglesias, acusado de supuesto contrabando arqueológico
en los Estados Unidos, niega todos los cargos que pretenden incriminarlo
en este delito, según un comunicado emitido por él ayer a
los medios de comunicación.
De acuerdo con Iglesias, "el caso alude a un familiar a quien asistió
cuando fungía como Cónsul General de Panamá en Nueva
York y que fue detenido por ese ilícito".
Informes de prensa provenientes de Filadelfia y difundidos ayer por la
Agencia de noticia AP, señalan que el ex diplomático, Francisco
Iglesias, habría obtenido 100.000 dólares por esa operación,
sin embargo Iglesia reitera su inocencia contra todos los cargos que lo
vinculan en este operación.
"Nunca he utilizado mi posición para nada incorrecto y mucho
menos para recibir pagos", dijo Iglesias.
Indicó tambi|n que pretende enfrentar los cargos que se le formulan
en EE.UU., confiando en que la justicia nortemericana sepa aclarar la verdad,
la cual lo exculpa totalmente de los hechos descritos.
Iglesia dijo aspirar a que cuando llegue el momento los responsables
de esas acusaciones malintencionadas, puedan tener la oportunidad y el valor
de enmendar el daño causado.
El despacho internacional de AP dice Iglesias había renunciado
a su cargo al año pasado luego que dos hombres, arrestados en el
estacionamiento de un hotel en esta ciudad, trataban de vender el artefacto
de la civilización Moche y de 1.700 años de antigüedad,
a agentes encubiertos del FBI por 1,6 millón de dólares.
El objeto, destinado a proteger la parte trasera baja de un guerrero,
había sido hallado por saqueadores en 1987 al encontrarse en Perú
una de las 10 tumbas del llamado Señor de Sipán'', las de
mayor riquezas en el hemisferio occidental, y finalmente llegó a
manos de coleccionistas privados.
En 1997 dos contrabandistas de Miami llevaron el objeto de Lima a Panamá,
y autoridades creen que Iglesias lo trasladó entonces a Newark, aprovechando
su categoría de diplomático para que su equipaje no fuera
revisado por la Aduana.
Posteriormente los dos contrabandistas fueron atraidos a Filiadelfia
por los agentes del FBI para la posible venta del objeto, siendo arrestados.

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