Un penalti transformado por Kaká en el minuto 90 dio ayer una victoria agónica a Brasil ante Egipto (4-3) en un partido de fuerzas parejas en el primer periodo, pero en el que los egipcios le bailaron la samba a los brasileños a lo largo de todo el segundo tiempo.
No fue suficiente el gran fútbol desplegado por el equipo africano tras el descanso para obtener al menos el empate que mereció ante una selección de Brasil que causó una pobre impresión, pero que logró el objetivo de ganar en un partido de grandes alternativas.
Los otros tres goles brasileños los marcaron el propio Kaká, Luis Fabiano y Juan; por Egipto descontaron: Mohamed Shawky y Mohamed Zidan en dos oportunidades.