Alto al sistema de cupos
Yoira K. Guillén P.
Crítica en Línea
Ricardo Salcedo, abogado de la Comisión
de Libre Competencia y Asuntos del Consumidor (CLICAC), sentenció enfáticamente que el
sistema de cupos para la prestación del servicio de transporte público en Panamá hay
que acabarlo, porque "esto es un desastre y alguien tiene que hacer algo".
La CLICAC sostiene que el sistema de cupos, creado por la misma ley, debe ser eliminado
porque establece un estadio intermedio entre quien presta el servicio, es decir el
conductor del bus o del taxi, y quien recibe el servicio, que es el usuario.
En consecuencia el costo de la prestación del servicio en general aumenta, porque hay
que pagarle a un intermediario.
Reiteró que en la medida que se derogue la ley en su totalidad y se elimine el sistema
de cupos, "que no tiene ninguna justificación económica para existir", se
sustituiría el mismo por un sistema en que los propietarios presten el servicio
directamente.
PALANCAS EXPLOTADOS
De acuerdo a Salcedo, hemos retrocedido a la Edad Media, en donde se pagaba un
vasallaje al señor feudal, que en este caso son las personas que detentan grandes
cantidades de cupos.
El muchacho que maneja un "diablo rojo" como palanca, si no paga la cuenta al
dueño del cupo, no come, esto se traduce en bloquear el tráfico, treparse a una acera y
hasta atropellar personas para llegar primero a la parada que otro transportista, quien
representa la competencia.
Muchos caen en manos de prestamistas para poder pagar un cupo, entonces quedan
endeudados en el capital del cupo y sus intereses, además de los intereses de la compra
del automóvil y su mantenimiento.
Después de que han trabajado varios meses o varios años, "aquellos que les
hicieron los préstamos se quedan con el cupo o con las unidades o con las dos cosas, para
después no tener nada".
Por tal motivo, Salcedo alega que los palancas son unos esclavos, pues además de todo
lo que han tenido que invertir para tener la unidad "tienen que pagar en el mercado
negro el valor y los intereses del cupo".
¿AUMENTO DE PASAJE?
La CLICAC no opina en cuanto al aumento del costo del pasaje, responsabilidad que le
compete, según la ley, a la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre.
No obstante, propone la libre competencia y la libre concurrencia, es decir, que
quienes prestan los servicios compitan entre ellos y que el sistema legal permita que
cualquier persona pueda ofrecer el servicio.
En la medida que haya libre concurrencia y libre competencia, los costos bajarán, esa
es la posición de la CLICAC.
Actualmente la Cámara Nacional del Transporte (CANATRA) estudia la posibilidad de que
el Banco Nacional de Panamá otorgue a los transportistas un financiamiento de 300
millones de dólares, para recomprar la deuda que mantienen con diferentes financieras y
así disminuir los intereses entre 8% y 9%.
Esta iniciativa podría mantener la tarifa de 15 centavos, sin embargo, no descartan el
ajuste a 40 centavos y proponen una tarifa única de 25 centavos en el área
metropolitana.
UNA "LEY DESASTROSA"
Según Salcedo, la actual Ley No. 34 de 28 de julio de 1999 tiene las siguientes
deficiencias:
1- La propia ley señala que el cupo no tiene valor, sin embargo "si no tiene el
vínculo político o la palanca con la dirigencia, se tiene que pagar en el mercado negro
por un cupo.
2- La ley le da valor al cupo como si se tratase de un bien que puede ser objeto de
garantía de una obligación, lo que a juicio de Salcedo, es absurdo e inconstitucional,
"porque el cupo no es más que un certificado, entonces cómo es posible que la ley
le conceda valor de bien a un documento público emitido por el Estado".
3- En la junta directiva de la Autoridad del Transporte, la ley sólo permite la
representación de un grupo de transportistas que se llama la Cámara Nacional de
Transporte (CANATRA).
Salcedo considera este último punto como una "sinvergüenzura" y cuestiona
"quién es la Cámara Nacional del Transporte para hablar a nombre de todos los
conductores de taxis y de autobuses de Panamá, quién le ha dado esa autoridad, a nombre
de quién...por qué no están ellos en la directiva y no otros, como grupos, piqueras,
cooperativas de transportes, a quién representan, quién los eligió".
¿SEGURIDAD EN LOS DIABLOS ROJOS?
La CLICAC señala que el Estado nunca tendrá los recursos para suplir y vigilar el
sistema en su totalidad, debe ser la libre competencia y la libre concurrencia la que haga
que el sistema funcione eficientemente.
Los autobuses que circulan en la capital tienen una edad promedio de 17.7 años, y a
juicio de Salcedo, seguirá aumentando, porque el que controla un cupo no le interesa
poner la unidad a rodar hasta que estalle con todos sus pasajeros, se le salga el tren
trasero, se salga del camino y se vuelque. Situación que permite el actual sistema y la
gran demanda de transporte público en la ciudad de Panamá.
Como los transportistas tienen un mercado cautivo y no tienen necesidad de competir en
una licitación pública, "lo más barato y lo más rentable" es comprar buses
de segunda y hasta tercera mano, provenientes de Miami y New York.
DUEÑOS DE UN TRANSPORTE DEFICIENTE
Salcedo asegura que los dueños del transporte público en Panamá son los que
controlan los cupos y mientras exista el sistema de cupos, nadie se beneficiará del
sistema de transporte masivo de pasajeros.
"Ningún gobierno ha querido enfrentar a la dirigencia transportista que es la que
sostiene el sistema de cupos y es la que sostiene la ley, ellos están a favor de la
actual ley y la promovieron en el gobierno pasado", enfatizó.
En la Asamblea hay varios legisladores transportistas de todos los partidos políticos,
de 71 legisladores aproximadamente unos 10 son transportistas, situación que nos lleva a
preguntarnos "por qué los legisladores están en el negocio del transporte".
Entre los legisladores con intereses en la prestación del servicio público colectivo
figuran Marco González, legislador arnulfista, quien promueve actualmente el Anteproyecto
de Ley No. 46, que prohíbe la importación de vehículos usados destinados al transporte
público; Carlos Santana, de la Bancada Popular; y Frank Weever, Ismael Herrera y Vicente
Magallón del PRD.
UNA REMOTA SOLUCION
La CLICAC sugiere dos sistemas diferentes:
En el caso de los buses, propone licitaciones públicas para que empresas o
agrupaciones, que pueden ser cooperativas, compitan y se ganen las diferentes rutas.
En el caso de los taxis, que cada quien con su unidad o automóvil preste el servicio
sin la necesidad de ningún cupo, con el solo hecho de estar registrado en una piquera,
grupo, cooperativa o sociedad anónima en la Dirección del Tránsito del Ministerio de
Gobierno y Justicia.
Pero Salcedo va más allá y sugiere cómo se puede, sin aumentar los precios, mejorar
mucho en el sistema: establecer sistemas de transbordo en el caso de los buses, es decir
un circuito, en donde solo una compañía, un grupo asociado o una cooperativa que se gane
la licitación preste el servicio.
Por ejemplo, se establecería dicho sistema en las rutas que traen a la población
desde las afueras hasta al centro, haciendo el intercambio de pasajeros en puntos
específicos de transbordo.
Según Salcedo, este sistema reduciría probablemente en un 50% el tiempo en dar una
vuelta a su ruta, gastarían menos combustible, menos llantas y menos en mantenimiento, y
probablemente podrían traer más pasajeros o eliminar del sistema los buses viejos.
La empresa que se gane la licitación del circuito se la ganaría porque ofrecería un
servicio con unidades pequeñas.
Mientras no se elimine el sistema de cupos, se va a fomentar la competencia de
"buseros" en la ruta y lo que se debe hacer es fomentar la competencia por la
ruta, mediante licitaciones que pueden ser de tres o cinco años, puntualizó Salcedo.

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