El guardameta brasileño Julio César volvió ayer a entrenar sin aparentes dolores musculares durante toda la segunda sesión táctica de la verde amarella dirigida por Dunga.
En la práctica matutina, cumplida a puerta cerrada para sorpresa de la prensa, el guardameta del Inter italiano debió retirarse antes de finalizar el entrenamiento, con aparentes molestias en la región lumbar.
Julio César recibió un golpe el pasado 2 de junio durante un partido amistoso que Brasil ganó por 3-0 a la selección de Zimbabue y desde entonces debió someterse a intensos trabajos de fisioterapia.