La muerte de Jarvis Santos no se olvidará.
La mañana de ayer, viernes, familiares y amigos se armaron de valor y protestaron frente a las instalaciones de la Policía de Fronteras en Paso Canoas.
Además de vociferar por mucho tiempo "¡Justicia!", los manifestantes exigían que los uniformados del cuartel de Paso Canoas, en plena área comercial fronteriza entre ambos países, dieran a conocer el nombre del policía que disparó contra el ahora fallecido.
"Después que mi hermano murió injustamente sólo por no cargar su cédula, a mi casa fueron unos policías que me dijeron que querían hablar con nosotros a las buenas, y entonces aquí estamos. ¿Qué es lo que quieren hablar?", decía Osman Santos, hermano de la víctima.
Para él, lo que los oficiales fronterizos querían hablar debía decirse en público para que todos los que conocieron a Jarvis Santos supieran que no se está tratando de ocultar nada.
Además de los familiares de "Chacho", como era conocido, muchas personas residentes en Paso Canoas y Paso Canoas Arriba participaron de la protesta con pancartas, en medio de una marcha que terminó frente al Cuartel de Policía.
"Nos están ocultando el nombre del policía y también la condición de él, que debe estar detenido por lo que le hizo a mi hermano que hoy recibe el respaldo de su familia y vecinos que saben que él no se merecía eso, porque no era ningún maleante", dijo Osman Santos.
Además, los manifestantes pedían que la Policía diga dónde quedaron los 300 dólares que el muchacho cargaba en los bolsillos cuando fue baleado por el policía.
Jarvis Santos, de 20 años, recibió un disparo que salió del arma de reglamento de un policía que estaba trabajando en Paso Canoas, la madrugada del pasado lunes.
La versión de la policía es que el civil generó un forcejeo y el disparo se salió en medio de la situación.
Sin embargo, existen testigos que aseguran que la unidad policial tumbó al joven, lo pateó y lo golpeó antes de dispararle.