Guillermina Canto Vásquez, de 80 años, residente en El Pedernal, Santiago, abuela del copiloto Ernaldo Carrasco, no para de llorar hasta la fecha no ha podido ver a su nieto.
Ella y otros familiares informaron que el hermetismo que hay con Ernaldo no está de parte de ellos, sino de los estamentos de seguridad que hasta a ellos le han prohibido que mantengan contacto con ese familiar.
Informaron que la tarde del miércoles, un alto personaje del Gobierno Nacional se presentó a la casa del padre del copiloto, pero sólo conversaron con Víctor Carrasco, padre del subteniente.