Los cadáveres de cuatro policías torturados y linchados por indígenas del suroeste de Bolivia fueron enterrados boca abajo, para, según sus creencias, evitar que sus almas "persigan" a quienes les asesinaron, informó el Defensor del Pueblo, Rolando Villena.
Villena, quien estuvo en los últimos días en el lugar del crimen, declaró a medios locales que los indígenas, de acuerdo con sus creencias, enterraron los cadáveres boca abajo.
"Las comunidades han admitido que hicieron justicia con sus manos. Tras haberlos torturado de la manera más cruel, los victimaron, pero no fueron quemados", dijo el Defensor.
Los indígenas del pueblo de Uncía asesinaron hace nueve días a los policías tras acusarlos de supuestos homicidios, robos y extorsiones.