Dicen que los padres deben dar buenos ejemplos a sus hijos. ¿Qué ejemplo dieron los bandidos de uniformes y civiles que robaron y cometieron toda clase de fechoría, durante la dictadura militar que algunos desean olvidar?
Y ¿qué efectos causó en los hijos el saber que sus padres eran unos bandidos y sinvergüenzas?.
Me parece que los hijos de los maleantes que nos gobernaron dictatorialmente por veintiún años, no sufrieron ningún trauma por la inmoralidad de sus padres.
Recuerdo el caso de unos muchachos que estudiaban en Estados Unidos, gracias al dinero que su padre conseguía de manera indebida de la dictadura.
Los chicos se lucían gastando dinero a manos llenas, sin que esa plata maldita se las quemara.
Yo mismo pude ver a dos de ellos comprando pantalones de casi cien dólares; manejando lujosos automóviles productos de la corrupción, llevando a las amiguitas a sitios caros que pagaba el dinero manchado de escarnio y robo.
El padre cada cierto tiempo viajaba a una isla del Caribe a guardar maletas llenas de billetes de dólares conseguidos de mala manera, gracias a que era un favorito de medio-nivel de la dictadura.
Este civil cómplice y ladrón nunca fue perseguido ni sufrió castigo alguno. Es más se jubiló y ¡ay de quién dude de su honorabilidad, pues se expone a una demanda!
Es algo que da rabia para los que sufrimos vejámenes y persecuciones de la dictadura militar.
Como ese caso hay miles más. Gente que abusaron y robaron descaradamente, no han tenido ningún castigo. Incluso algunos de ellos han logrado insertarse en partidos democráticos y aspiran (o han sido elegidos) para cargos del Estado.
Claro está que esa gente no comprenderá el mal que hicieron. En su "yo interno" desearán que vuelvan los "buenos tiempos", donde el Tesoro Público estaba a su alcance; donde el dinero del pueblo era su "caja menuda" para lujos y sinvergüenzuras.
Y una persona que no ha sido castigada por ser un bribón, mañana o pasado volverá a cometer las mismas fechorías, si se "voltea la tortilla" y vuelve un gobierno dictatorial a Panamá.
En sociología se admite que los hechos sociales como las dictaduras pueden volver a un país, si se repiten las circunstancias.
Me parece que los panameños democráticos han sido demasiados blandengues con los abusadores del poder. Muy pocos de ellos fueron a la cárcel en realidad.
Como flojos y poco me importa que somos de pueblo, se prefirió "cubrir con un velo, el pasado, el calvario y la cruz".
Lo malo de esta actitud es que "un tigre no se vuelve vegetariano". El militarote que abusó del poder, aunque ahora esté jubilado y gozando de lo que robó, mañana puede volver a ser un bribón, si las circunstancias se lo permiten.
Sólo fuertes condenas a los violadores de los Derechos Humanos serán la vacuna contra una nueva era dictatorial panameña. |