La alegría de llegar a su destino se transformó en gritos, lágrimas, desesperación e incertidumbre. Los sobrevivientes del vuelo 390 de la aerolínea TACA, que el pasado viernes se salió de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Toncontín y se precipitó sobre los puentes de Camosa en el bulevar Comunidad Económica Europea, dan gracias a Dios de poder contar su historia.
"VIVÍ MINUTOS DE TERROR"
Blacina Salazar, salió a las 8:45 de Panamá en el avión A-320. La mujer, a quien en Tegucigalpa le esperaban su esposo y sus hijos, fue la primera pasajera en salir de la aeronave. Completamente ilesa, la mujer narra los momentos de angustia y terror que vivió.
"El avión ya había dado una vuelta de al menos 15 minutos porque había una nube sobre el aeropuerto y dijo el capitán que no podía aterrizar, cuando ya logró hacerlo la pista resultó muy pequeña. Por más que intentó detener el avión los frenos no le agarraron y nos accidentamos", describe. El primer intento fallido de aterrizaje de la aeronave puso muy inquietos a los pasajeros.
Las aeromozas solo dijeron que se trataba de una nube que obstaculizaba el aterrizaje, pero en el segundo intento se sintió un estruendo como si el avión había caído. Luego todo mundo comenzó a gritar", continuó. Salazar, quien apenas recibió un golpe en la espalda, abrió la compuerta de emergencia y salió corriendo de la aeronave. "Fueron minutos de terror, perdí todo lo que traía, pero eso no importa, la vida vale más, gracias a Dios estoy con mi familia".