El homenaje a Julio Dely fue el movimiento de una pequeña maquinaria, fue el éxito de una idea y fue la demostración clara de que el público agradeció a su ídolo.
Y es que el secreto de este partido fue que lo hizo el propio Julio, quien tuvo como mano derecha a Ramón Cardoze, que no dudó en brindarle el apoyo a este evento.
El sello de la magnitud fueron los 15 mil aficionados presentes en esa tarde el domingo, sumado al respaldo importante del presidente electo, Martín Torrijos.
Muchas son las veces que critico a la Federación, pero ahora me hecho a un lado, y veo que todo fue hecho de buena voluntad.
Los contactos y la experiencia de la dirigencia se uso a favor de una causa noble, la creación de una escuela de fúbol para niños. Una de arena para ellos.
La fanaticada cumplió, fue feliz e hizo feliz a su Panagol. Fue un momento emotivo y bello, gracias también a los periodistas que apoyaron incondicionalmente este evento.
La prensa deportiva y no deportiva creyó en este partido. Sumado a los patrocinadores.
En el caso específico de EPASA, quiero darle mi reconocimiento a las chicas de mercadero y al editor de deportes del diario Crítica, José Pineda, todos ellos comandados por la gerencia de esta prestigiosa empresa.
Hoy no hay críticas, no tiene por qué haberlas, cuando uno ve que todo sale bien, eso es digno de respetar.
La actividad tuvo el toque del Panagol, fue este pequeño núcleo, lo que garantizó el chaché del cotejo.
Me tocó ver con mis propios ojos a Julio cargando en su carro toda la parafernalia del partido, mientras Cardoze hacía hasta el último esfuerzo para traer a Enzo Francescolli, quien llegó el mismo día.
Panamá estuvo completa apoyando a quien se lo merece, por todas estas cosas hoy estamos satisfechos por que se cumplió con las espectativas.
No hay queja, el homenaje a Julio estuvo bien hecho, por qué la historia lo obligaba a ser así. Hoy, finalmente, queremos darles las gracias a todos los que hicieron de esto una verdad inholvidable...