Chen Shui-bian prestó juramento como presidente de Taiwán por un segundo período de cuatro años.
En su discurso inaugural, Chen señaló que los temas de soberanía e independencia no formarán parte de la nueva constitución que planea redactar para Taiwán.
China, que considera a Taiwán como parte de su territorio, advirtió a Chen que sofocaría cualquier intento de independencia.
Sin embargo Chen manifestó que por el momento los taiwaneses no habían llegado a un acuerdo sobre ese punto.
Chen aseguró que sus objetivos primordiales en este segundo término serán unir Taiwán, apaciguar las tensiones políticas y étnicas, estabilizar la relación con China mediante el diálogo y la prosperidad económica.
CONFLICTO CON CHINA
La mayor parte de su alocución estuvo dominada por la relación entre Taiwán y China y la reforma constitucional.
"La política hacia China no ha cambiado en los últimos cuatro años ni cambiará en los siguientes", afirmó Chen. "Los dos gobiernos deben aprovechar esta oportunidad para afrontar los desafíos mundiales, defender el progreso y el desarrollo en vez de centrarse en un debate político sin salida".
En su discurso, Chen dijo que intentaría "superar la profunda división" causada por las elecciones y "unificar al pueblo de Taiwán".