Uno de los prisioneros estadounidenses relata su detención en Serbia

Los Angeles
AFP

Los tres soldados estadounidenses que fueron detenidos en Yugoslavia fueron golpeados durante los primeros días de su cautiverio y mantenidos esposados y con la cabeza cubierta, pero las condiciones mejoraron después, relató uno de los prisioneros.

En la primera entrevista desde su liberación el pasado 2 de mayo, el sargento Andrew Ramírez, de origen mexicano, explicó al periódico Los Angeles Times como fue capturado con el sargento Chris Stone y el cabo Steven González y luego detenido durante treinta días en Yugoslavia.

Según Ramírez, los tres soldados patrullaban desde hacía cuatro días en Macedonia cuando recibieron disparos de militares yugoslavos a 10 km de la frontera serbia.

"Todo se produjo como si fuera en cámara lenta", explicó al Los Angeles Times. "Pensé: nos alcanzaron, van a hacer lo que quieran. Pensé que estábamos muertos".

Ramírez, que conducía el vehículo, trató de huir, pero chocó contra un árbol y los militares estadounidenses fueron rodeados por unos veinte militares serbios. "Supe que se había acabado", explicó.

Ramírez afirma haber recibido un culatazo en la cabeza. También precisó haber caído al suelo y haber sido golpeado tan violentamente que el fusil empezó a romperse.

Varios soldados le retiraron su chaleco de protección y le dieron patadas en las costillas. Ramírez precisó que sus compañeros fueron tratados del mismo modo. Según el relato del sargento, se les ató luego las manos con cinta adhesiva. Cuando fueron obligados a arrodillarse, pensaron que los iban a ejecutar. Un serbio tomó una bayoneta y amenazó con cortarles las orejas.

Los tres detenidos fueron llevados luego a Serbia. Durante una semana, fueron desplazados varias veces, mantenidos aislados con la cabeza cubierta y esposados. Si intentaban moverse, les propinaban una paliza, explicó Ramírez.Durante los primeros días, los tres estadounidenses fueron transferidos a Belgrado y sus condiciones de detención mejoraron. Les sacaron las capuchas y las esposas y algunos guardias se mostraron amistosos.

"Usted es un ser humano y vamos a tratarlo como un ser humano", declaró uno de los guardias.

Un día, los tres hombres se reunieron con el reverendo Jesse Jackson, que había viajado a Belgrado para obtener su liberación. La noche siguiente, un gran serbio imitó a un avión volando y dijo a Ramírez: "home (a casa)". "¿Está bromeando?", preguntó el sargento.

Al día siguiente, los tres soldados estadounidenses fueron entregados a Jackson. Unos días después, Ramírez fue recibido como un héroe en Los Angeles y recibió entradas gratis para ir a ver el próximo episodio de "La Guerra de las Galaxias"

 

 

 

 

 

 


 

Según Ramírez, los tres soldados patrullaban desde hacía cuatro días en Macedonia cuando recibieron disparos de militares yugoslavos a 10 km de la frontera serbia.

 

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