Un ciudadano norcoreano murió de hambre en la isla rusa de Sajalín, porque la compañía para la que trabajaba se olvidó de enviarle comida a la base donde lo había asignado, informó el Servicio Federal de Migración de Rusia. Durante una inspección hace dos semanas en las instalaciones de una empresa maderera en la aldea de Nish, los funcionarios del Ministerio del Interior hallaron el cadáver del empleado, y a otro delicado.