Peor no se puede jugar un partido de la fase final del campeonato, y los Celtics de Boston no entraron a formar parte de la historia negativa de la NBA sólo porque el alero Kevin Garnett se propuso no permitir que su nombre formase parte de la misma.
Que los Celtics no están jugando como el equipo que en la temporada regular consiguió 66 triunfos ya no es ninguna novedad, quedó muy claro en la serie que ganaron por 4-3 a los Hawks de Atlanta.
Pero todavía faltaba por verles hacer peor las cosas y fue en el primero de semifinales de la Conferencia Este que ganaron por 76-72 a los Cavaliers de Cleveland, sólo porque Garnett si dio la talla de jugador estrella.
Garnett, que vio cómo Kobe Bryant le quitaba el premio de Jugador más valioso (MVP), se reivindicó en el campo para ser la figura que con 28 puntos le ganó también el duelo individual a LeBron James, en su peor versión.
La victoria permitió a los Celtics ponerse con la ventaja de 1-0 en la serie que disputan al mejor de siete y el segundo partido se jugará, en el mismo escenario del Banknorth Garden, el próximo jueves.
Garnett, que anotó 13 de 22 tiros de campo, consiguió dos canastas decisivas en los últimos 76 segundos del partido cuando los Celtics lograron empatar el marcador a 70-70 y ponerse con la ventaja 74-72 que ya no iban a perder.
El alero estrella de los Celtics estuvo perfecto desde la línea de personal con 2-2, capturó ocho rebotes, repartió tres asistencias y recuperó dos balones para ser el único de los llamados "Big Three" que hizo honor a su condición de figura y jugador clave.
"Fue un partido en el que actuamos como dos pesos pesados que intercambiamos golpes sin definir la pelea y sólo al final ganamos por puntos", comentó Garnett.